aland la blancaAland la blanca

DeBolsillo. 2001

 

 

 

 

 

Entrevistas:

>«Me gustan los fantasmas» 
La Razón Amilibia. 1 de Abril de 2001

Dice que éstos son buenos tiempos para la lírica, aunque a ella le gustaría ser más épica e incluso melodramática que lírica. Dice Espido Freire que le gustaría creer que el libro de poesía que acaba de presentar, «Aland la blanca», no se publica sólo porque ganó el premio Planeta. Dice que ella se considera sobre todo una contadora de historias.

“Aland la blanca”. Un título lleno de aes…

– Sí, abierto, lleno de sugerencias. Asociamos la «a» a lo femenino. Lo femenino es sugerente.

– Es su primer libro de poemas. ¿Malos tiempos paca la lìrica o…?

– Creo que son buenos tiempos para la lírica. Pocas veces ha habido tanto interés por la poesía y tantos lectores.

– Pues los poetas se siguen quejando de que se lee poca poesía y se vende poca poesía…

-¿Cuándo se ha leído mucha poesía, cuándo se ha vendido mucha poesía? Siempre ha sido minoritaria.

– Me imagino que para mal.

– Para los que gozan con posturas elitistas, para bien. Para el común de los mortales, para mal.

– Habla en sus versos del afán de búsqueda de una persona que anhela lo imposible…

– Eso es. Siempre anhelamos volver a la tierra maravillosa de la que nos expulsaron al nacer. Siempre anhelamos un paraìso, una tierra perdida…

– ¿Alguna relación, aunque sea freudiana, con el País Vasco?

– No. Hablo de una tierra metafísica: la serenidad, la nostalgia…

– La patria nunca encontrada…

– Sí, la infancia, la muerte, el miedo.

– ¿Y qué anhela usted utimamente, si puede saberse?

– Tiempo y serenidad. Tiempo aunque sea para perderlo. Y serenidad porque, aunque no lo parezca, soy una persona pasional y cambiante, de carácter visceral. Desearía ser más equilibrada.

– ¿Anhela algún imposible.?

– Sí, pero aún no le he puesto nombre.

– Poemas épicos. ¿Es usted épica?

– Soy más lírica que épica. Me gustaría ser más épica, incluso melodramática, pero me temo que me están colocando en el lirismo.

– Y en ese tiempo medieval que refleja, ¿le gustaría jugar a ser la dama que espera en la almena o…?

– Depende. Si puedo ser la dama que espera en la almena, pero con dos trovadores detrás, la cosa se anima. Esperar sin más es muy aburrido.

– ¿Y ser el caballero en busca de aventuras?

– Largas jornadas cabalgando con tan pesada armadura no debe ser cómodo.

Cinturón de castidad

– Tampoco lo eran los cinturones de castidad…

– Los mismos que inventaros el cinturón de castidad inventaron las ganzúas, o sea, que no debía ser para tanto.

– Ha podido publicar este libro gracias al premio Planeta, es un lujo ahora que se puede permitir, ¿verdad?

– Quisiera pensar que no es así, pero he de reconocer que es así.

– No se considera novelista, ni ensayista, ni poeta: sólo escritora.

– Sobre todo una contadora de historias.

¿Y qué historia está ahora?

-Investigo una historia de amor y de fantasmas que me está entusiasmando. Me gustan los fantasmas. Investigo si es posible enamorarse de alguien que no existe.

– ¿Y?

– Parece ser que sí

-No habrá descubierto al sucesor de Aznar, eh?