querida jane querida aguilar

Querida Jane, querida Charlotte.

Aguilar, 2004.

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Sinopsis:

Con ‘Querida Jane, querida Charlotte’, Espido se adentra en el mundo, la vida y la obra de Jane Austen y las hermanas Brontë. Fascinada como miles de lectores por semejantes figuras, Espido decidió enfrentarse al reto de descubrir porqué y cómo cuatro mujeres solteras y pobres, autodidactas, con mala salud y apartadas de un ambiente propicio para la creación, en una época difícil y que murieron antes de llegar a la cuarentena, escribieron algunos de las mejores novelas de la literatura.

 

Entrevistas y reseñas:

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In “Dear Jane, dear Charlotte”, we learn about Jane Austen and the Brontë sisters; Espido’s book shows her fascination about these writers, four poor women, single, ugly and sick, and how they became writers. A journey around their lives, their works and the places they lived in.

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Avec “Ma chère Jane, ma chère Charlotte », Espido commence un voyage à travers le monde, vie et œuvre de Jane Austen et des sœurs Brontë. Fascinée, comme des milliers de lecteurs, par ces figures, elle a choisi le défi de découvrir pourquoi et comment quatre femmes célibataires et pauvres, autodidactes, en manque de santé (toutes son mortes avant les quarante ans) et écartées d’une ambiance de création, dans une époque difficile, sont parvenues à écrire des romans dont quelques un sont comptés parmi les meilleurs de la littérature.

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Con “Cara Jane, Cara Charlotte”, Espido si addentra nel mondo, nella vita e nell’opera di Jane Austen e delle sorelle Brontë. Affascinata, come centinaia di lettori, da tali figure, Espido decide di affrontare la sfida di scoprire come e perché quattro donne nubili e povere, autodidatte, di salute cagionevole e estranee ad ambienti propizi alla creazione, in un epoca difficile, morte prima dei quarant’anni, scrissero alcuni dei migliori romanzi della letteratura.

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In “Liebe Jane, liebe Charlotte” erfahren wir einiges über Jane Austen und die Brontë Schwestern. Espido’s Buch zeigt ihre Faszination von diesen Schriftstellerinnen. Vier mittellose Frauen, allein stehend, unattraktiv und kränklich und wie sie zu Schriftstellern wurden. Eine Reise in deren Leben, Werke und die Orte wo sie weilten.

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Espido Freire, en el espacio de las Brontë y Jane Austen.

«Padezco de un escepticismo político que es casi terminal».

«Reivindico la lectura como espacio de reflexión».

 

Espido Freire, en el espacio de las Brontë y Jane Austen

En Diari de Tarragona

23 de Febrero de 2004

Por Miguel Lorenci

En su libro “Querida Jane, querida Charlotte» reivindica estas escritoras

No es un ensayo ni un libro de viajes, aunque tenga mucho de ambos. ‘Querida Jane, querida Charlotte’ (Aguilar) es, según su autora, Espido Freire (Bilbao, 1974), “un viaje emocional” que la escritora realiza por los borrascosos territorios reales y ficticios de cuatro grandes y admiradas escritoras británicas, las tres hermanas Brontë y Jane Austen, almas gemelas de los afanes literarios de la autora de ‘Melocotones helados’.

Hechizada por sus obras, sus paisajes y sus imaginarios desde hace tiempo, Espido Freire, habitante del norte y licenciada en filología inglesa, se propuso desvelar el enigma de estas cuatro mujeres solteras y pobres, autodidactas, con mala salud, aisladas en el campo en un siglo que no potenció ni mucho menos sus inquietudes intelectuales, y que murieron antes de cumplir los cuarenta dejando una decena de novelas dignas de hacerse un hueco en los anales de la literatura universal. Unas mujeres que llevaron una vida quizá más desgraciada que las de sus personajes.
“Las novelas de Emily y Charlotte Brontë y las de Jane Austen son cruciales y el origen de tantas y tantas novelas rosas, en unas derivaciones que aún hoy están presentes”, asegura Espido Freire. “Jane Austen es el gran modelo en cuanto a construcción de novela, y las hermanas Brontë son la pasión por la literatura, toda la parte bronca, oscura y romántica que implica la novela”.

Las cuatro eran hijas de reverendos, destaca la escritora, que se fija en la fuerte religiosidad que marcó sus vidas y obras, y dice que de las cuatro – Charlotte, Emily, Anne y Jane Austen – es Anne la que ha supuesto todo un descubrimiento realizado a través de sus hermanas.

“Es un recorrido real que realicé hace dos primaveras por los territorios y las ciudades de Jane Austen, y que está en la primera parte del libro, un viaje geográfico, literario y emocional. En la segunda, dedicada a las Brontë, recorro cada una de la habitaciones de la casa

que casi nunca abandonaron para ver qué influencia vital y literaria dejó en su obra”, explica.

“También me ocupo de un elemento perturbador y contradictorio, su hermano invisible, Brandwell, el gran mirlo blanco de la familia, que se revela como una inmensa decepción, que morirá tuberculoso a causa de sus excesos y que acarrea la ruina económica de la

familia”.

Tenía Espido Freire sublimadas a estas escritoras, pero ahora conoce mejor sus perfiles y revela sus partes oscuras. “He visto las contradicciones. Jane Austen, a quien tenía por una solterona y escritora compulsiva, fue una jovencita frívola que ligaba como una

descosida. Charlotte Brontë era egoísta, manipuladora y ambiciosa y Emily vivió siempre para sí misma”.

“Su común denominador es su formación lectora, su férrea formación religiosa e intelectual y su marcada vocación de independencia y su afán por ser escritoras, con lo que eso suponía en su tiempo. Supieron reflejar las contradicciones y las estupideces de la sociedad

que las rodeaba: la pequeña burguesía rural, en el caso de Jane, el universo privado de la enseñanza, en el de Charlotte, y la violencia brutal de las pasiones y la degeneración que conllevan, en el caso de Emily y Anne”.

También han sido notables los descubrimientos al escudriñar su vida amorosa. “No fueron vírgenes frías y distantes ninguna de ellas. Todas tuvieron vida amorosa. La diferencia es que en el mundo de Jane Austen el ideal del amor romántico no era tan importante

como sería luego y la censura moral no es la que luego se encontrarán las Brontë, que si sufrieron una sociedad cruel, cerrada, pacata, puritana, que comienza a privilegiar la idea del amor-pasión por encima de los demás. Pero sólo Emily, la que nunca tuvo una pasión

amorosa real, sublimará esa idea en Cumbres Borrascosas”.

“Como lectora se disfruta más con los personajes de las Brontë que de los de Jane Austen”, dice Espido Freire, aunque puesta a elegir un personaje de este mundo de brumas y sufrimientos prefiere ser Elizabeth Bennet, protagonista de Orgullo y prejuicio,

obra maestra de Austen, antes que Katherine, la heroína de Cumbres Borrascosas.

«Padezco de un escepticismo político que es casi terminal».

Georgina Fernández

 

Ayer presentó su último libro, Querida Jane, querida Charlotte en el marco de LibrOviedo, una obra que Espido Freire dedica a Jane Austen y las hermanas Brönte.

–Las obras de estas escritoras entretienen, y hoy se considera que cuando un libro cumple esa función, es literatura menor.

–La literatura posee muchos planos. Una novela permite una lectura superficial, de entretenimiento; otra lingüística; y otra simbólica, y si falla en esos tres planos, difícilmente va a ser un clásico.

–Es curioso que, habiendo pasado tan pocas autoras a la historia de la literatura, tres de ellas, –las Brönte–, sean hermanas.

–Ese es uno de sus misterios. A veces, se dice que el talento es innato, pero el ejemplo de estas escritoras me confirma que un autor, lo es a base de trabajo e investigación. Si se estudia la vida de las Brönte se observa cómo inventaban historias; viajes

imaginarios…Un autor lo es por la voluntad de serlo, porque es imposible que tres hermanos sean genios.

–¿Cuál de las hermanas prefiere como escritora?

–Emily es la completa y la que sigue diciendo más a los lectores contemporáneos. Anne es la más dulce y la más desconocida. Charlotte demuestra la valía del tesón por encima de otra circunstancia.

–Volviendo a nuestro siglo, usted fue una de las que primero denunció la guerra… 

–Pues sí, me cupo la suerte o la desgracia.

— ¿Está satisfecha del regreso de los soldados?

–No estoy muy convencida, porque hizo falta para ello un cambio de gobierno. No hubo un proceso de modificación de conciencia, y ahora hay una polémica con mayorías muy enfrentadas, así que estoy a la espera.

— ¿Tampoco podemos decidir mucho no?

–Bueno, yo estoy enferma de un escepticismo político casi terminal. Viví mis primeros 25 años en el País Vasco y eso marca y vacuna. Creo muy poco en las relaciones políticas efectivas.

–Hoy (por ayer) el expresidente Aznar presenta un libro sobre sus ocho años de mandato. Lo leerá?

–Posiblemente me lo manden y posiblemente lo lea. Me parece importante ver qué tiene que decir. Es lectura de deberes porque a mí no me interesan las memorias de políticos. Prefiero los ensayos sociales. Acabo de terminar uno sobre la comida rápida

en EEUU.

También me interesa más la historia.

–La ministra de Cultura anunció una rebaja del IVA de los libros que tendrá que esperar Lo lamenta?

–Sería mejor fomentar la lectura. No veo que nadie se queje del precio de la entrada a un partido de fútbol.

–Hay mucho fetichismo en el mundo del libro y la firma de autógrafos. ¿Teme tener más clientes que lectores?

–En mi caso no lo creo, excepto en el libro del Planeta. En cuanto a las firmas, también se las piden a Cañizares, o a Belén Esteban. Es un culto a la persona popular. No se trata del fetichismo real del libro, el de un anticuario o un bibliófilo. 

–Supongo que prepara otro libro, porque no para.

–Atravieso una etapa de cierta vagancia escritora, pero sigo con los talleres literarios, y los cursos. En junio me sentaré.

……….

«Reivindico la lectura como espacio de reflexión».

Diario de Mallorca, 19 de marzo de 2004 

Miguel Vicens, Palma de Mallorca.

La más joven ganadora que ha tenido el premio Planeta presentó ayer en el Club su última obra, ‘Querida Jane, querida Charlotte’, un ensayo publicado por Aguilar sobre cuatro escritoras británicas universales.

-¿Qué le motivó a escribir un ensayo sobre Jane Austen y las hermanas Brontë?

– No hay una única causa. Son autoras básicas en la literatura universal y especialmente en la literatura inglesa. Y yo estudié Filología Inglesa. Al principio pensé que el ensayo sería más amplio, pero finalmente me quedé con estas autoras, porque me permitían

establecer muchas comparaciones jugosas.

– ¿Qué tuvieron en común?

– La edad en la que murieron, las condiciones vitales, el aislamiento, la falta de estudios, el ser hijas de reverendos. Sin embargo, ninguna de estas circunstancias explica por sí sola que de la nada fueran capaces de escribir las obras que escribieron. Entonces, el propio

concepto de ensayo se fue modificando. Y además, a ello se unió la intención de realizar un viaje físico a las regiones de Hampshire y Yorkshire cuyo relato completara el viaje a literario a través de las vidas de las autoras.

-¿Es también el ensayo un recorrido a través de su propia experiencia con estas escritoras?

– Sí, lo que ocurre es que no quería poner tanto el énfasis en mi interpretación como en desvelar aspectos ocultos o en romper determinados tópicos, porque sobre todo en el caso de las hermanas Brontë se ha alimentado el mito del genio espontáneo como si hubieran

sido una mezcla de monstruos y superdotadas, cuando no fue así. Y en el libro explico la formación constante que recibieron. Lo mismo ocurre con Austen. No fue una solterona amargada que de pronto se puso a escribir. Fue una mujer sociable que gozó de un gran

éxito entre sus semejantes y que en un determinado momento decidió aparcar otros intereses y dedicarse a la literatura. Todas ellas tuvieron desde el principio la conciencia de que iban a convertirse en escritoras. Por eso, en la obra he intentado dar al lector una vía

directa a las mentes de las autoras.

– Y pese a las dificultades con las que se toparon, la calidad de sus obras terminó imponiéndose.

– En un principio tuvieron que disculparse por su condición femenina, sobre todo Emily Bronte, que es la que escribió la obra más pasional y amoral, como es el clásico Cumbres borrascosas. Lo mismo le pasó a Anne Brontë, pues la sociedad victoriana no permitía que

la sensibilidad de una mujer retratara personajes viciosos. Jane Austen, en cambio, nunca abordó ninguna cuestión que fuera abiertamente desagradable, aunque las insinuaba. En su tiempo existía una censura menos evidente que en la época victoriana.

-¿Por qué defiende que la literatura de Jane Austen está tan llena de modernidad?

– Porque estamos acostumbrados a la novela decimonónica, que en muchos aspectos es la cima de la narrativa, pero que ahora mismo es un árbol que no nos deja ver el bosque. Y la novela del XVIII presenta una limpieza de formas, una estructura y una percepción de

la sociedad muy refrescante, frente a la emoción, los juicios y la crítica a la que estamos acostumbrados. Austen aboga por la independencia emocional de la mujer, habla de heroínas autosuficientes de los hombres, frente a la heroína romántica que evoluciona en

relación al héroe masculino.

– ¿Es la obra una invitación a la lectura?

En un mundo regido por lo audiovisual reivindico la lectura como un espacio no sólo de ocio, sino también de reflexión. Los libros no cambian el mundo, pero rompen ideas preconcebidas e invitan al análisis. Y eso es muy necesario en nuestra sociedad, en la que la

prisa y el consumo se han convertido en la principal fuente de estímulos.

– ¿Las escritoras de hoy también se ven obligadas a disculparse por su condición femenina?

– Cuando empecé a publicar la cuestión de la literatura femenina estaba muy de moda, ahora ya no. Es evidente que las autoras estamos todavía en clara minoría, representamos el 20 por ciento, pero nuestra presencia social es mucho mayor que hace unos

años. Yo nunca he tenido que disculparme por esta cuestión. Hace un tiempo, el dato más llamativo de mi biografía era mi edad, pero por suene se convirtió en un factor de cierta admiración por lo que había conseguido.

– ¿Sigue algún plan preestablecido para crear sus obras?

– El placer de la creación literaria es difícil de transmitir a alguien que no lo haya experimentado. Para mí es un acto lúdico que no comporta desdicha, que ocupa el 90 por ciento de mi actividad diaria y que lo matiza todo. Mantengo un ritmo de trabajo

intenso y luego el proceso varía dependiendo de si escribo cuento, novela o ensayo. Aunque todo nace de una misma fuente, de una obsesión, de una presencia. Y luego la investigación me va llevando a un género o a otro.

 – Usted ha abierto una página en internet en la que mantiene contacto con sus lectores, ¿le resulta positiva la experiencia?

 – El alejamiento entre lectores y autores me provoca un rechazo absoluto y todo lo que contribuya a acortar esa distancia me tendrá siempre de su lado.

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