Ha vuelto
Ha vuelto el buen tiempo, y la campaña electoral, ha vuelto el mismo viejo debate sobre la memoria histórica y la tumba de Franco, ha vuelto la utilización de las palabras de los poetas y las figuras de los artistas, ha vuelto todo, exactamente igual que la primera vez que yo acudí a votar, y todo parecía nuevo, aunque otros ya me decían «El tiempo no avanza, todo vuelve».
Ha vuelto la desconfianza por la ciencia y la nostalgia por un campo idealizado, como los romanos imaginaban, sin quemaduras de sol ni callos en las manos. Ha regresado el deseo de comer algo estrictamente natural y sus riesgos, y el afán por proteger a la tierra de los peligros del hombre, su voracidad, sus plásticos, su avance. Ha vuelto el miedo que sentían los luditas porque las máquinas les arrebataran aquellos trabajos, casi todos miserables.
Ha vuelto una lucha que creíamos ya casi, casi, innecesaria, pero que ha sacado a miles de mujeres a la calle porque, en realidad, casi nada ha cambiado. Como en la Biblia, otras mujeres dan a luz a los hijos de otras. Ha vuelto la sensación de seguridad tras la crisis, quebradiza como una capa de hielo en estas fechas, y con ella, poco a poco, la certeza de que somos invulnerables y de que eso no volverá a ocurrir.
Ha vuelto la educación en casa y la negativa a las vacunas, los rumores dados por cierto y la propaganda en todos los campos. Ha vuelto también el amor por las historias contadas en imágenes, aunque ahora tengan lugar en una pantalla diferente, ha regresado la preocupación porque la cultura clásica se extinga y la misma indiferencia general porque eso ocurra.
Ha vuelto lo serio y lo divertido, lo banal y lo profundamente alarmante, porque así, al parecer, es como avanzamos; en bucles pequeños o más amplios, con la certeza de ser los primeros en todo y la decepción al comprobar que no hemos descubierto nada. Pero también el consuelo de que las soluciones se encuentran ahí, que han funcionado y han sido repetidas en muchas ocasiones, y que quizás esta vez también nos sacarán de los apuros.
Ha vuelto la camisa blanca de toda la vida, y el vaquero ligeramente acampanado de los 70, los dos de Mango. Ha regresado la chaqueta de cuadros, oversize, de botonadura cruzada y con los hombros bien marcados, que arrasó en los 80 y que ahora reinterpreta La Fée Maraboutée, Y para compensar, los ligerísimos pendientes Hex de Miss Coconut se han realizado con material y técnicas absolutamente contemporáneas. Las fotos fueron tomadas por Nika Jiménez cerca de Núnez de Balboa, Madrid.